Las plantas de cannabis mueren después de florecer, cuando maduran los cogollos. El ciclo de cultivo en exterior empieza en primavera y termina a finales del verano, o principios del otoño.
Esto ocurre porque el cambio de estación, con la consiguiente disminución de horas de luz, le indican a la planta que debe florecer y terminar su ciclo.
Cuando cultivamos marihuana en interior podemos cultivar todo el año, ya que nosotros mismo regulamos el fotoperiodo.