Tabla de Contenido
- ¿Qué son los clubs sociales de cannabis?
- Origen de los clubs sociales de cannabis.
- ¿Son legales los clubs sociales de cannabis en España?
- Requisitos para su funcionamiento
- ¿Cómo funcionan los clubs sociales?
- Actividades en los Clubs
- Impacto de los clubs en la ciudad
- Perspectivas futuras
¿Qué son los clubs sociales de cannabis?
Los clubs sociales de cannabis son establecimientos donde se puede fumar, comprar marihuana y compartir con otros usuarios en un entorno privado y seguro.
Se constituyen como asociaciones privadas sin ánimo de lucro que teóricamente realizan cultivos colectivos.
Esto es sólo en la teoría, en la práctica la mayoría de asociaciones en España no realizan sus propios cultivos y funcionan como un dispensario.
Origen de los clubs en España
Este sistema surge en Barcelona en 1991 cuando se fundó la Asociación Ramón Santos de Estudios sobre el Cannabis (ARSEC), reconocida como la primera asociación que realizó un cultivo colectivo en España.
Este hecho hizo que se desarrollara un modelo de clubs, amparado en la legislación española sobre asociaciones.
Con los años empezaron a aparecer más asociaciones de este tipo, y actualmente hay más de cientos de establecimientos de este tipo en Barcelona y toda España.
Por lo mismo la comunidad autónoma de Cataluña, quiso regularlas a través de una ley de asociaciones cannábicas que establecía normativas de funcionamiento como cantidad de producción, almacenamiento, transporte, publicidad, prevención, etc.
Sin embargo, la ley fue declarada inconstitucional y anulada, porque en España, es el Estado quien tiene la exclusiva competencia para regular este tema, no las comunidades autónomas.
¿Son legales los clubs sociales de cannabis en España?
No, la actividad de los clubs para el Tribunal Supremo es ilegal y criminal.
El 07 septiembre 2015 el tribunal supremo emitió la sentencia 484/2015 caso Evers donde dictaminaron que en los clubs no hay un consumo compartido, porque como comenté anteriormente, no hay una participación cooperativa en entre los integrantes.
Sin embargo, los clubs sociales de cannabis son tolerados, se conoce su existencia, su ubicación y no son perseguidos por las autoridades, especialmente en Barcelona. En otras comunidades es más restrictivo.
Esta Tolerancia ocurre porque la regulación que se hizo en el 2017 en Cataluña cuenta con un amplio consenso de las autoridades locales, y como la policía autonómica depende de ellos, no persiguen este tipo de establecimientos.
Hay que considerar que la cadena de suministros es un secreto a voces, ya que el cultivo y transporte en España es ilegal. La mayor parte del hachís sigue proviniendo de Marruecos, con toda las consecuencias evidentes del tráfico.
Por ende se genera una dicotomía entre que las autoridades locales toleran los clubs, pero estos continúan realizando actividades que la legislación española establece como ilegales.
Requisitos para el funcionamiento de un club
A pesar de ser establecimientos no regulados, hay una serie de normas que se recomienda cumplir a la hora de administrar un club social de cannabis.
Una de ellas es que sean organizaciones privadas que no busquen atraer a nuevos miembro. Sólo deberían crecer cuando miembros existente invitan a conocidos. Eso significa que no se puede entrar a un club social de cannabis sin invitación.
Esta es una diferencia importante con los coffeeshops de Ámsterdam o los dispensarios de Estados Unidos donde cualquier adulto puede acceder.
Otra requisito es que los miembros deben identificarse con un documento y registrarse antes de ingresar. De esta forma, se sabe quiénes son y se evita que accedan menores de edad.
Por otro lado, hay requisitos técnicos, como que el local sea cerrado, tenga un buen sistema de extracción y dobles puertas para evitar que huela a cannabis desde la calle. También es importante que estén insonorizados para no molestar a los vecinos.
¿Cómo funcionan los clubs sociales de cannabis?
Para entrar en un club social de cannabis hay que hacerse miembro. Los datos que suelen pedir son:
- Nombre completo
- Fecha de nacimiento
- Documento de identidad
- Nombre del miembro que te avala.
- Foto
En promedio, la membresía cuesta entre 10 y 30€ y al terminarla recibirás una tarjeta o un chip que te identifica como socio.
Dentro de los locales no se paga con dinero por lo que en la recepción se deposita el dinero que se desea gastar en la cuenta de socio. Generalmente esto se hace en efectivo.
Una vez dentro del club, se puede acceder al dispensario y retirar flores o concentrados con el chip o tarjeta de miembro por la cantidad que haya depositado.
Los precios de Las flores suelen estar entre los 8-15 € y el de los concentrados sobre 50-100 €.
En teoría la hierba adquirida debe ser consumida dentro del club y la persona debe permanecer dentro al menos 15 minutos, aunque esto nadie lo controla.
Actividades en los Clubs
A parte del los productos que tienen, los clubs compiten por su mobiliario, ubicación, ambiente y el tipo de actividades que ofrecen (eventos, talleres, charlas y sesiones).
En algunos hay videojuegos, en otros espacios para jugar al billar, exposiciones de arte, otros hacen sesiones de dabbeo, competencias, etc. Hay una amplia variedad de actividades para que los miembros participen.
Esto también ayuda a crear comunidad entre los miembros y es frecuente que un grupo de personas asista regularmente al mismo club, por lo que es un espacio para socializar y conocer gente con intereses similares.
Por otro lado, en los clubs además del dispensario y los espacios para compartir, es usual que tengan una barra donde puedes comprar café o algo para beber, chocolates o algún snack para picar. La mayoría no venden comida preparada. ¡El bajón termina afuera!
Impacto de los clubs sociales
Los clubs sociales de cannabis han tenido un impacto importante tanto social, como culturalmente en España. Este impacto en algunos ámbitos es positivo y en otros no tanto.
Puntos positivos:
- Acceso seguro: Gracias a los clubs, no hace falta ir a lugares marginales o peligrosos a conseguir cannabis, ni hacerlo en la calle con los riesgos que eso conlleva. Se hace en un establecimiento confiable y en un entorno seguro.
- Espacio de consumo: En España, portar y consumir en la vía pública está sancionado y conlleva multas de hasta 600€. Los clubs ofrecen un espacio seguro para poder utilizar cannabis sin sanciones.
- Cambio de percepción: Los clubs no son antros donde de miedo entrar. Por el contrario, la mayoría tienen una gran inversión económica detrás y son espacios muy agradables, esto hace que haya un reducción del estigma asociada al consumidor y al cannabis en general.
Puntos negativos:
- No hay estándares de seguridad, ni calidad en los productos: Aunque muchos ofrecen productos muy buenos y seguros, otros pueden vender flores con hongos, pesticidas o productos químicos nocivos. No se hace ningún tipo de un análisis y control de calidad antes de que llegue a manos del usuario.
- Se alimenta la mercado ilegal: Por la alta demanda y altos costos que tienen esto establecimientos, detrás de muchos clubs sociales de cannabis hay tráfico de drogas y mafias.
Desde mi perspectiva, valoro la posibilidad de comprar y consumir en un lugar seguro, ya que en mi país y en muchos otros lugares, reunirse para consumir se considera un delito.
No se puede negar el mercado ilegal y sus externalidades negativas, pero esto no cambiará hasta que la prohibición se acabe, los clubes tengan reconocimiento legal y su actividad se transparente.
Perspectivas futuras
Existe una incertidumbre respecto a cuándo se van a regular los clubs sociales de cannabis en Barcelona.
Al no haber normativa, con un cambio político puede haber una ola represiva donde se cierren clubs y se encarcele a las personas que realizan esta actividad.
Sin embargo, hay muchos establecimientos de este tiempo y algunos de ellos llevan más de 10 años funcionando por lo que es poco probable que desaparezcan.
A 2024, se está planteando una Ley de Regulación del Cannabis a nivel nacional que regula el autocultivo, los clubs y un sistema de licencias, pero no cuentan con el apoyo político suficiente, por lo que por ahora, todo seguirá en la línea restrictiva.