Compost: los desechos convertidos en abono

Compost: los desechos convertidos en abono

La materia orgánica se puede transformar en un fertilizante de bajo costo. Acá te explico todo sobre el compostaje.

El compostaje es una alternativa orgánica y económica para nutrir plantas, incluidas las de cannabis, utilizando los residuos que generamos tanto en la cocina como en el jardín.

El compost es el resultado de una técnica que consiste en apilar desechos materiales que, por acción de microorganismos, se descomponen dando paso a un abono que aportará un abanico de nutrientes a nuestro suelo.

Tabla de contenidos

Compost y sus beneficios

El compost o composta, como también se le conoce, es un abono orgánico de alta calidad y con un costo de producción muy bajo que se obtiene de la degradación controlada de los residuos orgánicos.

El compost al ser un abono orgánico permite mejorar la calidad del suelo, ya que le incorpora minerales y microorganismos que contribuyen a que la tierra se vuelva más fértil.

Sus usos pueden ser agrícolas, industriales o caseros y van desde el mejoramiento de suelos empobrecidos y erosionados hasta su aplicación como abono para un huerto.

Este método tiene una serie de beneficios entre los que podemos destacar:

  • Contiene una alta concentración de nutrientes.
  • Brinda aireación al suelo, evitando que se compacte.
  • Mejora las características biológicas del suelo.
  • Al aplicar el compost en el suelo se retiene carbono y esto contribuye a reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2).
  • Además, es una buena forma de reciclar los desechos orgánicos.

    Compostaje: ¿Qué es y qué se necesita?

    El compostaje es una técnica donde se recrean las condiciones ideales para que los residuos orgánicos sean descompuestos por mircrorganismos. 

    Podemos diferenciar entre compost anaeróbico (o compost bokashi), compost aeróbico, del cual hablaremos en este artículo, y vermicompost, que usa lombrices.

    El compost aeróbico, como su nombre indica, utiliza oxígeno en el proceso. El oxígeno, ayudará a oxidar el carbón y también al proceso de descomposición.

    Esto se consigue a través de la aireación, removiendo la pila cada día de por medio y con orificios en la compostera para que pueda entrar aire. 

    Para compostar también se necesitamos agua, elemento necesario para que haya vida.  Eso sí, tiene que estar en la medida justa. Ni en exceso que esté encharcado y pueda pudrirse, ni muy poco que se quede seco.

    Y por último se requieren dos elementos más: carbono y nitrógeno.

    • El carbono (C) permite que aumente la temperatura en el compost. Se obtiene de productos cafés y secos, como hojas, flores y ramitas secas, aserrín, paja, cartón, hojas de papel, etc.
    • El nitrógeno (N) es esencial para que los microorganismos crezcan y se reproduzcan. Estos generalmente podemos obtenerlos de productos verdes, hojas verdes, pasto, plantas recién cosechadas, cáscaras de frutas y verduras, etc.

      La proporción de elementos ‘’Cafés’’ (altos en carbono) y de elementos ‘’verdes’’ que agreguemos en el compost debe ser de 1:1. 

      De lo contrario, si agregamos mucho verde, que son de descomposición rápida y pocos cafés, de descomposición lenta, puede haber putrefacción.

      ¿Qué se puede echar en la compostera?

      Existen muchos materiales que son susceptibles de ser compostados y esta es una lista de aquellos desechos que puedes utilizar:

      Materiales que se descomponen rápidamente:

      • Hojas frescas y secas
      • Pasto
      • Estiércol de animales de corral
      • Malezas

      Materiales de descomposición lenta:

      • Pedazos de fruta y verdura
      • Bolsas de infusiones y posos de café
      • Paja y heno viejo o restos de plantas
      • Estiércoles pajizos (caballos, burros y vacas)
      • Flores viejas y plantas de macetas
      • Malezas perennes
      • Lechos de hámster, conejos y otros animales domésticos (herbívoros)

        Materiales de descomposición muy lenta:

        • Rollitos del papel higiénico.
        • Bandejas de huevos
        • Servilletas usadas
        • Filtros de café
        • Virutas al afilar el lápiz
        • Fibra de coco
        • Corcho
        • Podas de arbustos
        • Virutas o aserrín de madera no tratada
        • Cáscaras de huevo
        • Cáscaras de frutos secos
        • Lanas e hilos naturales
        • Pelos y plumas
        • Carozos que pueden ser de duraznos, paltas o aceitunas.

        También se puede incorporar:

        • Ceniza de madera que se debe espolvorear en pequeñas cantidades.
        • Cartón, cajas de huevos, servilletas.
        • Bolsas y envases de papel.
        • Periódicos.

        Estos materiales NO se deben incluir en la mezcla:

        • Carne y pescado
        • Productos derivados de la leche
        • Productos que contengan levaduras o grasas
        • Ceniza de carbón
        • Desechos de perros y gatos
        • Pañales desechables
        • Revistas
        • Basura sacada de la aspiradora
        • Colillas de cigarros
        • Tejidos sintéticos

        Cómo empezar un compost casero

        El compost se puede hacer ya sea mediante apilamiento del material directamente en el suelo, o en composteras.

        Es importante tener en cuenta  que los materiales que se ingresan a la compostera deben ir de la siguiente manera:

        1. En primer lugar, se recomienda hacer una cama de ramas, paja, o cualquier otro material que no se compacte, que ayude a la aireación y a la entrada de microorganismos a la mezcla.
        2. Después se deposita el material mencionado más arriba que, de ser posible, esté triturado o muy bien cortado.
        3. Si es la primera vez que se llena la compostera, se debe hacer solo hasta la mitad. De esta forma se pueden entregar las condiciones adecuadas de temperatura.
        4. En los depósitos sucesivos de material nuevo, éste se debe mezclar muy bien con el material más antiguo y así facilitar la descomposición.
        5. En verano, el compostaje debe estar a la sombra y en el período de invierno, lo ideal, es ubicarlo en un lugar donde pueda recibir luz directa del sol.
        6. Si durante el período de invierno el compostaje no tiene luz directa, no hay problema, solo que el proceso será más lento.
        7. Si se quiere acelerar el proceso de compostaje, se puede aportar a la pila, de forma periódica y en pequeñas cantidades, compost, estiércol de animales herbívoros,  microorganismos sólidos o IMO-3.
        8. La producción de compost requiere pocos cuidados en general y el proceso demora 6 meses aproximadamente.

        Fases del compostaje

        En el proceso de compostaje se suceden varias etapas donde están estrechamente relacionadas la temperatura, el pH y los microorganismos que actúan en cada una de las 4 fases.

        El tiempo total de este proceso puede ir de los 6 meses al año y tiene como resultado un compost maduro que puede utilizarse directamente en las plantas como fertilizante o incorporarlo en el suelo a cultivar.

        1.- Fase Mesófila I  (entre 2-4 días)

        En este período, los microorganismos se adaptan a su nuevo medio, comenzando la multiplicación y la colonización de los desechos.

        Las bacterias mesófilas descomponen los elementos más biodegradables, lo que hace aumentar la temperatura (hasta unos 45 ºC) y se puede observar cómo el vapor de agua empieza a salir del compostaje.

        2.- Fase Termófila (Varios meses dependiendo de la cantidad de material).

        También es conocida como de Fase de Higienización porque aumenta la temperatura y los microorganismos mesófilos son reemplazados por los termófilos que son capaces de soportar entre 45 y 70 ºC.

        Estos microorganismos son encargados de descomponer la celulosa y la lignina (componente fundamental de la pared celular vegetal).

        También en esta fase se transforma el nitrógeno en amoníaco y el pH de la mezcla se vuelve alcalino.

        Cuando el compostaje alcanza los 60 ºC las bacterias que producen esporas comienzan a colonizar la mezcla y se encargan de degradar las ceras, hemicelulosas y otras proteínas complejas.

        En esta fase, al mantenerse una temperatura elevada, se produce un proceso de pasteurización donde bacterias como la Salmonella o la Escherichia coli mueren.

        3.- Fase Mesófila II

        Esta fase también es conocida como etapa de enfriamiento, ya que la temperatura del compostaje desciende hasta los 40-45°C y aparecen nuevamente los mesófilos que descomponen el material resultante de la celulosa y lignina.

        4.- Fase de maduración

        En esta fase, que es la más larga de todo el proceso, la descomposición disminuye, por lo que también baja la temperatura, estabilizandose en valores próximos a los del ambiente.

        Además, llegan al compost microrganismos y algunos insectos que lo enriquecen con su presencia. También se estabiliza el pH en un valor neutro.

        ¿Cómo reconocer la calidad del compost?

        Olor:

        Un compost de calidad siempre debe tener olor a tierra de bosque. Si el producto resultante del compostaje tiene olor a podrido o amoniaco, no es apto para el uso y debería volver a ser compostado.

        Aspecto:

        El compost siempre debe tener un color oscuro y al observar no se deberían reconocer los desechos utilizados en el proceso. Tampoco debería presentar un color blanquecino porque eso es un indicador de una alta presencia de hongos.

        Si presenta algunas de estas características, la recomendación es no utilizarlo y volver a compostar. 

        Humedad:

        La humedad en el compost es un indicador de calidad, puesto que nos permite tener un producto con una textura suelta y granulosa. El compost no debería gotear, ya que eso indicaría una alta concentración de agua. Por el contrario, no debería desmenuzarse, ya que esta característica es un indicador de que el compost está seco.

        Presencia de maleza:

        Si el compost contiene brotes de maleza o de cualquier otro tipo de planta, es un indicador de su baja calidad y, como comentamos más arriba, la solución es volver a ingresar esta mezcla resultante dentro del proceso de compostaje que ya hemos iniciado

        Té de compost: ¿Qué es y cómo se hace?

        El compost puede ser administrado directamente en la planta o en el suelo donde cultivemos. Sin embargo, también se puede integrar en nuestras rutinas de riego a través de los que se conoce como el té de compost.

        Para que el té de compost sea efectivo, es indispensable la presencia de aire para estimular la multiplicación de microorganismos aeróbicos.

        La forma de obtener té de compost es muy sencilla:

        • Se llena un balde con agua de lluvia, o agua que no tenga cloro.
        • Se coloca en un saco de tela de algodón, u otro material que sea permeable, el compost. La relación debe ser de un 20% de compost y un 80% de agua.
        • Se introduce el saco con compost dentro del agua, y se deja reposar durante 3 a 7 días, revolviendo diariamente hasta que salgan burbujas, o mejor aún, utilizando una bomba de pecera.

        Esto es importante porque al ingresar aire al té se favorecer la proliferación de microorganismos.

          Pasado este tiempo, se extrae el saco y con el líquido resultante se puede aplicar diluido en las plantas. Se recomienda mantenerlo en un lugar oscuro y estar de forma periódica aireando.

          Cómo aplicar compost y té de compost

          Compost:

          Para el compost, lo recomendable es mezclarlo en el sustrato en una proporción de 1/3 del total. Si tus plantas ya están en sus macetas, simplemente puedes agregarlo por encima.

          Cuando se utiliza en cultivo interior, se debe estar muy atento a la maduración del compost y que no presente patógenos.

          Té de compost:

          Respecto al té de compost, se recomienda aplicarlo durante el riego, diluido al 10% y cada 15 días, o en función de cómo veas a tus plantas.

          Sus beneficios en la planta son directos, pero también enriquece la vida microbiana del suelo que coloniza la zona radicular de las plantas.

          Otra forma de aplicar el té de compost es de forma foliar, ya que ayuda a mejorar la salud de la planta y, al mismo tiempo, combate los patógenos presentes en el lugar de cultivo.

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