5 pasos para diagnosticar tu planta

Cuando se trata de cultivar Cannabis, es inevitable encontrarse con un par de problemas durante el crecimiento, es más, dudo mucho que exista un cultivador que no haya tenido problemas de ningún tipo.

Así que no te desanimes si tu planta no está creciendo como lo esperabas, a todos nos pasa, créeme.

Tabla de contenidos

Paso 1: Verifica tus hábitos de riego y la salud de las raíces.

• Riego excesivo
• Riego insuficiente
• Raíces podridas

Paso 2: Diagnostica problemas de nutrientes y deficiencias.

Paso 3: Revisa el ambiente.

Paso 4: Identifica problemas con la iluminación.

Paso 5: ¿Y… si es una plaga? 

Este artículo tiene dos propósitos, darte un soporte visual de cómo puede mostrar tu planta los problemas que presenta y darte una serie de pasos para que tú mismo puedas diagnosticarla y tratarla a tiempo para que no tenga daños permanentes.

Solo recuerda esto, dependiendo de cómo reacciones a los problemas que presenta tu planta tendrás los resultados, ya sea cosechando flores potentes y de buena calidad o… terminando el ciclo vital de la planta antes de tiempo.

La capacidad de reaccionar a los problemas es un fuerte reflejo de tus habilidades como cultivador, cualquiera que mantenga la calma y busque una solución en lugar de rendirse, está en camino de convertirse en un gran cultivador.

Cultivar cannabis puede ser algo sencillo cuando se tiene la información adecuada, y con este artículo sabrás perfectamente cómo reaccionar cuando los problemas se presenten.

Por fortuna, devolverle la salud plena a tu planta no es imposible, así que ¡No temas!

Ármate con el conocimiento de estos simples 5 pasos para mejorar la salud de tu planta de cannabis y tendrás las habilidades para darle a tu planta la mejor atención.

Paso 1: Verifica tus hábitos de riego y la salud de las raíces.

En un sentido metafórico, las raíces son el corazón de tu planta. Cuando las raíces enferman, la salud de tus plantas se deteriora rápidamente.

Sin embargo, las plantas de cannabis con problemas en las raíces tienden a no mostrar indicios de problemas hasta que ya es severo. Afortunadamente, es fácil revisar sus carencias e incluso más fácil solucionarlas.

Riego excesivo:

Un problema más común que puede presentar una planta pero puede ser muy difícil de identificar. Entre los indicadores están los siguientes:

• La planta se nota caída, especialmente después del día de riego.
• La maceta permanece muy pesada entre riegos. (Un signo de que hay mucha agua en el medio de cultivo).
• La planta parece tener bajos nutrientes, aunque los nutrientes y el pH se encuentren correctos.
• Partes marrones en los bordes de las hojas.
• Quemaduras o manchas marrones aparecen en las hojas luego del riego.
• Decoloración sin explicación.
• Crecimiento lento o mal desarrollado.
• Hojas rizadas o mal desarrolladas.
• Alga verde creciendo en el suelo.
• El medio de cultivo se ve saturado o nunca se seca totalmente la superficie.
• Si el agua no corre libremente a través del sustrato, o si le toma demasiado tiempo drenar el agua después del riego, puedes tener un problema con el drenaje.
• Pequeñas moscas negras sobrevuelan por el suelo, esto solo aparece cuando la superficie del suelo permanece húmeda por mucho tiempo.
• Huele el área de las raíces en tu planta. Si puedes también huele el área donde sale el agua; debería tener un olor neutro. Un olor a podrido es indicativo de que tu planta puede tener las raíces podridas u otros problemas por permanecer húmeda por mucho tiempo.

Riego insuficiente:

Entre los signos que puede presentar nuestra planta por no regarla con frecuencia o con suficiente agua están los siguientes.

• La planta se ve caída o marchita.
• La planta presenta mejoría justo después de regarla.
• Aparecen deficiencias de nutrientes a pesar de que le has estado aportando la cantidad justa.
• Coloración verde oscuro.
• Crecimiento lento.
• El método de cultivo se ve seco o polvoroso.
• El método de cultivo se ve hueco o el agua pasa muy rápido a través de él y por las orillas.
• Si se toma el peso de la planta, se siente muy liviana para su tamaño

Raíces podridas:

Un síntoma grave para nuestra planta, acá unos indicativos que nos pueden ayudar diagnosticarlas.

• Las raíces pueden ponerse pulposas o carnosas y pudrirse en un medio de cultivo que las mantenga húmedas por mucho tiempo, así que esto sucede con mayor frecuencia en cultivos hidropónicos.
• El síntoma principal son las raíces marrones u olorosas.
• La planta muestra síntomas similares a problemas con el riego.

La mejor manera de mantener las raíces sanas es comenzar con un buen método de cultivo, no utilices la tierra que consigues en cualquier lado, siempre busca la mejor calidad y te ahorrarás más de algún problema.

Riega las plantas apropiadamente, asegúrate de que tengan un buen drenaje y no las riegues tan seguido. Asegúrate que las macetas hayan perdido peso antes de volver a regar. 

Y recuerda que siempre puedes añadir suplementos para mantener tus raíces sanas. Por ejemplo las micorrizas son hongos benéficos que contribuyen a mantener las raíces sanas y bien desarrolladas. 

Paso 2: Diagnostica problemas de nutrientes y deficiencias.

Los problemas de nutrientes en el cannabis están muy a menudo ligados al nivel de pH en las raíces. Esto se debe a que cuando el pH de las raíces es bajo, puede causar que tu planta muestre signos de deficiencia de nutrientes, aun si los nutrientes están en el suelo.

Los cultivadores tenemos que monitorear el pH de nuestras raíces en cada uno de los cultivos para obtener los mejores resultados. La planta de cannabis prefiere un ambiente un poco ácido alrededor de sus raíces. Algunos cultivadores tienen la suerte de que el agua que utilizan ya tiene el pH adecuado sin necesitar ajuste o monitoreo. 

Sin embargo, la mayoría de cultivadores logran un mejor desarrollo y salud de sus plantas monitoreando el pH de sus cultivos. 

La meta es darle a tu planta exactamente el tipo de nutrientes que necesita para prosperar, y proveer el pH correcto a las raíces para que puedan absorber propiamente los nutrientes.

Primero, chequea que los nutrientes que le estás dando son los necesarios para crecer y para la etapa en la que se encuentra.

Luego, aún si le estás proveyendo los nutrientes en las cantidades correctas, debes monitorear y ajustar el pH para prevenir déficit de nutrientes.

Recuerda que si una hoja en particular es afectada por un déficit, es poco probable que vuelva a estar sana. Lo que buscamos es evitar que se esparza el daño a lo largo de la planta.

Paso 3: Revisa el ambiente.

Si pasaste la revisión de problemas con el riego, con los nutrientes y el pH, hay una alta posibilidad de que algo en el ambiente esté causando los síntomas.

Un buen entorno es crucial para la salud de tus plantas. Cuando la temperatura es muy alta o muy baja, tus plantas no crecerán apropiadamente sin importar lo que hagas. La planta se verá enferma y los brotes no crecerán.

Es posible que también termines con problemas relacionados al estrés en plantas, como el hermafroditismo. 

Demasiado calor, o condiciones áridas, agotarán la fuerza de tu planta y la obligará a utilizar más agua para transpirar y mantenerse fresca.

Si una fuente de calor particular está dañando a la planta, como luces para cultivos, te darás cuenta porque las hojas más cercanas al problema se marchitarán y se pondrán marrones.

Una de las razones por las que necesitas tener una buena circulación de aire es para permitirle a tus plantas respirar el CO2 durante las horas de luz. A menos que tus plantas estén en exteriores o si les estas dando CO2 artificialmente, debes de tener algún tipo de sistema de escape para sacar el aire caliente y dejarle aire fresco a tus plantas.

También debes medir la humedad, una baja o alta presencia de humedad puede ocasionar un crecimiento lento, sin embargo una alta presencia de ella puede pudrir los nuevos brotes o crear hongos en las hojas.

Paso 4: Identifica problemas con la iluminación.

Al cannabis le encanta la luz, pero no demasiada.

Todo en exceso es malo, y cuando se cultiva cannabis, mayor iluminación nos dará más y mejores resultados.

Y es cierto, al menos hasta cierto punto.

La luz es como el alimento para las plantas. Cuando las plantas están creciendo lentamente, pero no muestran otros síntomas de problemas, la causa es a menudo por falta de iluminación.

La cantidad de luz que le das a tus plantas está ampliamente correlacionada con cuán rápido crecen tus plantas, así como cuánta resina producirá y cuán voluminosas serán las flores.

Pero, ¿Puede que haya demasiada luz?

Desafortunadamente, mayor iluminación no siempre es mejor. Las plantas de cannabis pueden ser muy inconsistentes en este aspecto.

Cuando la plata es joven, son débiles y no pueden tolerar mucha iluminación, pero, mientras se hacen mayores, y especialmente en la etapa de floración, la marihuana querrá toda la luz que pueda tener.

El problema relacionado con demasiada luz, generalmente ocurre en cultivos de interior, cuando las luces del cultivo están muy cerca de las plantas. Esto les da un tipo de quemadura solar.

Paso 5: ¿Y… si es una plaga?

Cuando se cultiva en la tierra, los insectos son una peste común entre cultivadores de marihuana.

Si ves indicios de insectos o moho, no esperes, actúa rápidamente.

Uno de los peores tipos de pestes para los cultivadores de cannabis es la araña roja. Tiene la capacidad de acabar con cosechas enteras.

Si crees que tu planta tiene insectos, lo primordial es identificarlos y luego aplicar un tratamiento acorde a la plaga que enfrentas.

Una buena circulación de aire mantiene una temperatura óptima en la planta pero también molesta a los insectos y les hace más difícil a ellos convertir tu planta en un hogar.

Espero que te haya servido. Nada en el cultivo es demasiado complicado. Todo es un aprendizaje continuo, si quieres seguir aprendiendo, te invito a nuestro curso online de cultivo orgánico. En él profundizamos más en las enfermedades que puede tener el cannabis, y posibles soluciones.